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"Hoy, la pelea que doy es quererme más
Hoy, el grito que doy es silencio
Hoy, te pido perdón si te lastimé el corazón
Hoy no quiero lo que me hace mal
lo oscuro del juego
Hoy que es tiempo de sanar
las heridas del tiempo
Hoy que pronto será ayer
regálate el momento"
Mi Revolución / Cuatro pesos de propina
Lic. María José Lucas | Psicóloga
Soy Lic. en Psicología, egresada de la Universidad de la República (Udelar). Actualmente me desempeño en el ámbito clínico con jóvenes y adultos, desde una perspectiva integral e integradora.
Me he formado en psicología clínica desde diferentes perspectivas teórico-técnicas, entre las que se cuentan: Psicoterapia Psicoanalítica en el Programa de Psicoterapia del Hospital Pereira Rosell; Especialización en Psicoterapia Gestáltica de Adultos, en el Centro Gestáltico de Montevideo; e Introducción al Esquizoanalisis en el centro Félix Guattari.
También me he capacitado en otras disciplinas complementarias como Expresión Corporal, Fotolenguaje, Musicoterapia, Artes plásticas, Expresión lúdico creativa.
Mi experiencia profesional se inicia en el ámbito institucional: desarrollé prácticas clínicas en el Hospital Pereira Rossell y en el Instituto Agora - equipo de acompañantes terapéuticos -.
Hoy estoy plenamente dedicada al ejercicio de la psicoterapia, la orientación y el asesoramiento psicológico en mi consultorio en la ciudad de Montevideo.
Concibo la psicoterapia como un proceso multidimensional, en el que consultante y terapeuta juntos otorgan un nuevo sentido al sufrimiento psíquico y emocional que desencadena la consulta. A través de esta resignificación se genera un alivio del dolor emocional, lo cual habilita al consultante a tomar contacto con sus propios recursos de afrontamiento, y visualizar qué cosas desea modificar o potenciar en sí mismo y en sus vínculos. Es importante señalar que desde mi perspectiva, las distintas problemáticas poseen múltiples causas, diversos sentidos, vivencias particulares y expresiones diferentes en todas las personas, por lo cual cada proceso terapéutico será singular.
A continuación desarrollaré en forma breve algunas de las afecciones con las que trabajo y que llegan con más frecuencia a mi consulta.
Son estados imprevistos de profunda angustia y ansiedad desencadenados por factores externos, o situaciones de cambio vital que desbordan la capacidad de afrontamiento de la persona.
Períodos o estados de inquietud, de impaciencia, esporádicos o permanentes, que generan malestar y trastocan la funcionalidad cotidiana de las personas, ya que en muchos casos tienen manifestaciones a nivel orgánico.
Son crisis recurrentes que se manifiestan de forma imprevista a través de angustias muy profundas, temores a la muerte, palpitaciones, sudoraciones y mareos entre otros síntomas somáticos.
Es una modalidad vincular casi adictiva con personas o situaciones que generan pérdida de autonomía, por ejemplo con una pareja, un trabajo, o un grupo. Generalmente estas dependencias ofrecen soluciones compensatorias a fragilidades subjetivas.
Las parejas por motivos individuales y o relacionales pueden manifestar problemáticas o conflictos que hagan necesaria una ayuda psicoterapéutica. Entre ellas nos referimos a: desacuerdo en las opiniones, dificultades en la sexualidad, violencia moral o física, problemas de convivencia, etc.
Son estados transitorios o permanentes que poseen diferentes cualidades afectivas, que oscilan entre una tristeza recurrente o en su máxima expresión, en una depresión crónica profunda que puede alterar parte o la totalidad de los intereses de las personas.
Son temores excesivos o irracionales que paralizan el funcionamiento cotidiano de las personas. Pueden ser: a algunos animales domésticos, medios de transporte, multitudes, espacios abiertos o cerrados, etc. Estos temores inhiben pequeños o grandes sectores de la vida.
Son procesos de elaboración de pérdidas de seres o situaciones queridas y valoradas, para cuyo tránsito muchas veces las personas requieren del acompañamiento de un terapeuta.
Son alteraciones en la percepción de sí mismo que generan dificultades en la relación con los otros, con la pareja y con uno mismo, limitando diferentes áreas de la vida y el desarrollo del potencial humano.
Es un estado de vivencia de exceso, generado por una cantidad de estímulos mayores a los que la persona puede tolerar. El estrés generalmente va acompañado de un monto de ansiedad mayor al habitual, producido por exigencias: académicas, laborales, afectivas, sociales, relacionales u otras.
La velocidad e inmediatez de los tiempos actuales muchas veces no se corresponden con los tiempos internos de los trabajadores. Este desfasaje genera un malestar que impregna la vida familiar o social de las personas o disminuye su rendimiento laboral.
Es la utilización del poder y el control injusto o inapropiado hacia una persona. Entre las situaciones más frecuentes se encuentran el abuso sexual, acoso moral, violencia doméstica, abuso infantil, acoso laboral, etc.
Este trastorno posee síntomas de variada cualidad e intensidad que dan cuenta de una dificultad en el control de impulsos; estos invaden involuntariamente las diferentes áreas de la vida de la persona trastocando el desarrollo de las mismas.
Son estados de dependencia absoluta a cosas externas, como pueden ser las sustancias psicoactivas, el juego, los alimentos, el deporte, el trabajo, las personas, la computadora, etc.
Los entendemos como una importante alteración –en más o en menos– de las rutinas nutricionales. Estas se pueden manifestar en patologías que alteran en menos como la anorexia, o en patologías que distorsionan en más, como la obesidad o trastornos por atracón.
Desde mi enfoque estas afecciones constituyen señales que invitan al ser a repensarse, a reconocerse, a integrarse; en un encuentro que habilite, desde el amor y la aceptación, la reconexión con la esencia. El proceso psicoterapéutico es entones, un viaje sin mapa hacia los territorios del deseo, la propia historia, la memoria, las contradicciones, la luz y la sombra. Un viaje hacia uno mismo.